lunes, 31 de agosto de 2009

Influencia de la promesa de reproducción en el enamoramiento

Sugerí en una discusión que el sexo puede generar la ilusión de amor. En desacuerdo estuvieron Laura Salazar, Natalia Buitrago, Pipe Gamboa y Juan Fernando Duque. En esta nota pretendo defender mi posición desde una base teórica llena de supuestos.




Supuestos:


1. Según estudios recientes (entre 2003 y 2009) y considerando las diferencias entre los países (ver
http://es.wikipedia.org/wiki/Demografía_de_la_orientación_sexual y la bibliografía citada), aproximando entre las estadísticas (dando valores cercanos a los estudios de España y Australia que fueron los más completos y cercanos al rango de edad que quiero presentar, la población entre 16 y 59 años), suponiendo también que muchas personas no expresan abiertamente sus preferencias sexuales y contra-restando esta medida con el hecho de que las encuestas fueron hechas en países desarrollados que suelen ser más liberales, he aquí los resultados del primer supuesto, con base repito en dichas estadísticas:

a. La población heterosexual es aproximadamente el 92,40%

b. La población masculina interesada en hombres es aproximadamente el 3,85%

c. La población femenina interesada en mujeres es aproximadamente el 0,75%

d. La población bisexual es aproximadamente el 5,25%


2. El porcentaje de personas que se enamoran del sexo contrario es aproximadamente el 92,40%; el porcentaje de hombres que se enamoran de hombres es aproximadamente el 3,85%; el porcentaje de mujeres que se enamoran de mujeres es aproximadamente el 0,75%; el porcentaje de personas que se enamoran del mismo sexo y el sexo contrario es aproximadamente el 5,25%


3. A pesar de lo que sugieran las estadísticas, voy a asumir que hay un margen de error en los datos y voy a asumir que el hecho de que las personas se sientan atraídas en su mayoría por el sexo contrario no es una razón absoluta que indique que el sexo es el principal factor de enamoramiento, así que, asumiendo que el índice de "preferencias sexuales" también indíca el "género del cual se enamoraría" una persona, voy a generar la tercera serie de supuestos en una escala de 1 a 5:

a. El peso de la “promesa” de reproducción para la población heterosexual (la forma típica de reproducción), sería completo, 5/5 en una escala de uno a cinco (100%). Voy a asumir que la promesa no es completa y que su aproximación a la forma típica de reproducción (con el fin de estimar el margen de error de esta serie de suposiciones), es solo de 4/5 (cuatro quintas partes)

b. El peso de la “promesa” de reproducción para la población de hombres interesados en hombres es vagamente completo, siendo genéticamente imposible. Voy a asumir que la promesa no es completa y que su aproximación a la forma típica de reproducción (con el fin de estimar el margen de error de esta serie de suposiciones), es de 3/5 (tres quintas partes, más alejada de la reproducción tradicional)

c. El peso de la “promesa” de reproducción para la población de mujeres interesadas en mujeres es escasamente completo desde la disposición genética (es decir, obviando el uso de accesorios, es la forma más lejana de acercamiento a la “promesa” de reproducción tradicional), siendo genéticamente imposible. Voy a asumir que la promesa no es completa y que su aproximación a la forma típica de reproducción (con el fin de estimar el margen de error de esta serie de suposiciones), es de 2/5 (dos quintas partes, aún más alejada de la reproducción tradicional)

d. El peso de la “promesa” de reproducción para la población bisexual es completa en uno de los dos casos e incompleto en el otro. Voy a suponer, dada la ambigüedad de la estadística desde el enfoque de esta charla y con base en su diferencia básica con la “reproducción heterosexual”, que la promesa no es completa y que su aproximación a la forma típica de reproducción (con el fin de estimar el margen de error de esta serie de suposiciones), es de 3/5 (tres quintas partes, más alejada de la reproducción tradicional)


4. La “promesa” de reproducción, es la implicación de que la estadística del comportamiento psicosexual tiene inferencia desde los supuestos de la reproducción clásica (estándares genéticos) en la atracción o enamoramiento, suponiendo entonces que no es coincidencia que la mayoría de personas se enamoran de personas del sexo contrario


5. La diferencia básica entre un hombre y una mujer es su sexo


6. "Promesa" quiere decir que no se necesita que la pareja de cualquier género tenga relaciones sexuales para que se genere la ilusión de amor. La sola "posibilidad" puede infundar esa ilusión desde los impulsos genéticos, y esto como parte del comportamiento inconsciente


7. Un modelo más simple sugeriría que la probabilidad de que el sexo genere la ilusión de enamoramiento debe ser directamente proporcional a la probabilidad de que un hombre se enamore de una mujer y no de otro hombre, y de que una mujer se enamore de un hombre y no de otra mujer. En este caso el peso del sexo en el enamoramiento sería aproximadamente el 92,40%, misma proporción aproximada de población heterosexual

Concuerda la similitud de las preferencias sexuales (y por ende el "género del cual se enamorarían las personas", que es exactamente lo mismo sin decir que el sexo es lo mismo que el amor), con la similitud de cada tipo de relación con las reglas de la reproducción, es decir, porcentualmente, va primero la relación heterosexual (tanto en términos de personas que se enamoran de esta manera, como las preferencias sexuales), segundo la bisexual, tercero la de un hombre con otro hombre, y cuarto, la de una mujer con otra mujer.

Entonces, según los supuestos planteados, este es en promedio, el peso de la sexualidad en el enamoramiento.

- Población heterosexual: 92,40% x (4/5) = 73,92%

- Población masculina interesada en hombres: 3,85% x (3/5) = 2,31%

- Población femenina interesada en mujeres: 0,75% x (2/5) = 0,30%

- Población bisexual: 5,25% x (3/5) = 3,15%

Es decir, el peso del desarrollo psicosexual en el proceso de enamoramiento es del 79,68%, dejando libre un 21,32% para las necesidades psicológicas, los traumas del pasado y por supuesto ¡las demás cosas bonitas del amor!


Pido disculpas si usé mal una o varias palabras y les recuerdo que esta es sola una serie de supuestos (aunque tiene bases estadísticas), y el tema está abierto a debate para quien quiera argumentarlo, porqué no, con bases más sólidas que las mías.


Carlos F. Castro A

(video "que si creo en el amor" -solo por ensayar esta función)

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